Visión periférica: mucho más «central» de lo que crees.

1) Viaje a Levanta con Castaneda

A fines de l os años 60, Carlos Castaneda, un antropólogo estadounidense de origen peruano, había entrado en contacto con Juan Mathus, un indio Yaqui de Arizona, un chamán u «hombre de conocimiento». Castaneda pronto tuvo que aceptar un impactante cambio de roles, convirtiéndose en discípulo o, en sus palabras, «aprendiz de brujo».

Castañeda tuvo una gran influencia,  cambió nuestra manera de entender al mundo. Revolucionó la cultura, fundó un nuevo sistema de pensamiento.
Su aprendizaje ha sido relatado en varios libros (mi favorito: Viaje a Ixtlan). Algunas experiencias aparecían muy alejadas de la normalidad cotidiana. Otras en cambio…

Allá por 1974 un grupo de amigos comenzamos a experimentar esas percepciones relatadas en sus libros, esas nuevas formas de ver el mundo. El teatro principal de nuestras aventuras era Lévanzo, una pequeña isla siciliana (“Levànta” destaca en un episodio de Montalbano Rtve).

—Deambular sin rumbo era fácil y espontáneo, la belleza del lugar invitaba a dejarse llevar por el puro placer de caminar sin límites ni metas. Este fluir con conciencia nos llevó a practicar lo que actualmente llamamos Open Focus, o Flow, fluir, técnica que abría no solamente la mirada sino tambien la consciencia. Llamada entonces Soft Vision, o visión periférica.

Normalmente nuestro campo de visión oscila en una amplitud de unos 120-150 grados entre derecha e izquierda, y de 90-110 grados de arriba a abajo. En el centro de este campo visual tenemos una zona muy estrecha, la fóvea que permite que la luz caiga directamente sobre los conos, “las células que dan la imagen más nítida, es decir en la que tiene lugar la percepción clara de formas y colores.

En la sociedad actual, todo nos lleva a centrar nuestra atención únicamente en las percepciones visuales centrales, con una visión muy concentrada y orientada a un propósito, activa y discriminatoria.

El paraíso está en la periferia…

La Visión Suave  surge cuando  prestamos igual atención tanto a la visión nítida, clara cómo a lo que sucede en la periferia del campo visual: Ésta es pasiva, femenina, inclusiva.
Imagínate: estás en un lugar maravilloso, caminando sin problema y mantienes el foco de tu mirada constantemente abierto para recibir toda esa belleza, luz, formas y colores. ¿Qué pasará con tu alma, con tu corazón, con tu conciencia?

Ahora intenta imaginar lo contrario: sí, estás en un lugar maravilloso, pero mirando de la forma habitual, que excluye el 99,99% de la percepción visual (es el cerebro el que no registra). Perderás el 99,99% de la belleza. ¿Porque? «No hay tiempo», «tengo cosas más importantes que hacer». Y esto es normal: estamos comprometidos a sobrevivir, no hay tiempo para vivir. Triste… y ademas produce daños visuales: la epidemia de miopía que afecta a todo el mundo es prueba de eso.

2) la revelación de Jacob

Jacob Liberman es un optometrista estadounidense y escritor con mucho éxito sobre el tema de la visión. Nos cuenta su descubrimiento de que es lo que le estaba pasando a sus ojos y a su mente…

Un día lo asaltó un repentino dolor de cabeza. Se quitó las gafas y a los pocos minutos el dolor desapareció, sin motivo aparente. Y justo cuando estaba tratando de averiguar de dónde venía y qué le había hecho pasar… aquí está de nuevo, más fuerte que antes. A medida que el dolor iba y venía, Liberman comenzó a sospechar que el origen del fenómeno estaba en algo que el estaba haciendo .
Cuando trataba de analizar las causas, el dolor empeoraba. Trató de imponerse diferentes actitudes mentales y logró encontrar la que le permitía evitar el dolor y….. de repente se dio cuenta de que estaba viendo todo con una extrema nitidez y claridad, en cada detalle de cerca o de lejos. Y todo vibraba de vitalidad. El dolor de cabeza había desaparecido y una profunda sensación de bienestar y asombro lo acompañó hasta bien entrada la jornada. Había tropezado (o chocado, o hundido) en la Vision Suave, por así decirlo.

Liberman llamó a este estado Open Focus, Foco Abierto. La vista se mantenía expandida a un ángulo de por lo menos 120 grados (como con un gran angular) y la sensación era que el punto de percepción no estaba centrado solo en los ojos físicos, sino en todo el cuerpo. La atención no estaba atrapada en nada en particular, sino abierta a todo, y no había un propósito que guiara la elección de qué ver. Por lo tanto, la atención podría ser atraída en cada momento a lo que es importante en cada momento, pero no era la mente consciente la que decidía qué era importante y qué no.

Visión natural = visión milagrosa

Esta es la actitud que abre la puerta a… los milagros, o a estar en sintonía con el fluir de la vida, y del aquí y el ahora, propuesto en mindfulness, en Tantra, en Zen… Liberman había entrado en una forma de ver libre de la necesidad de explicarse, de comprender, de compararse con el pasado o de proyectarse hacia el futuro.
Estaba en el presente, simplemente veía ….

En el método Bates esto se conoce como Clear Flash, destello de visión clara, una experiencia en la que, al principio, quizás solo por unos instantes, se ve con extrema claridad aunque formalmente uno sea muy miope o padezca de otros problemas visuales.

Esta es una experiencia muy frecuente. muy gratificante y atractiva. Sucede en prácticamente todos los seminarios, al menos en la mitad de los que buscan una clara visión y lo han probado al menos una vez.

¿Por qué no se mantiene? Cuando esto sucede, nuestra mente centralizadora trata de «agarrar» la experiencia y retenerla: invariablemente esto trae tensión y desequilibrio y la experiencia se desvanece. Los profesores del método Bates siempre recomendamos «¡NO HACER NADA!» “Déjalo venir, déjalo ir”, simplemente observa, y cuando haya pasado, obsérvalo un rato en la memoria.
Si lo observas pasivamente, puedes crear las condiciones para que regrese.
Pero esto solo pasa sin lentes…..

Sobre el Clear Flash, puedes también leer:  Ray Gottlieb: como he invertido mi miopía

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